9 de maig 2011

Entrevista al Dr. Joe Dispenza "Crear la Realidad"

Entrevista original de la Revista Athanor publicada en el número 63.

El Dr. Dispenza, bioquímico, es uno de los científicos que destacan con sus aportaciones en el ya mítico documental ¡¿Y tú qué sabes?! Está formado también en neurología, neurofisiología, funcionamiento del cerebro y química, biología celular, formación de la memoria, edad y longevidad. Su nuevo libro, Evolve your Brain (‘Desarrolla tu cerebro’), de momento no disponible en castellano, explora “la biología del cambio”. Es decir, cuando cambiamos de verdad nuestra manera de pensar se produce una evidencia física de cambio en el cerebro. Su serie de DVD Your Inmortal Brain (‘Tu cerebro inmortal’) analiza la manera en que el cerebro humano puede ser usado para alterar la realidad a través del dominio del pensamiento. En su investigación sobre curaciones espontáneas, Joe Dispenza ha encontrado similitudes entre la gente que ha experimentado las llamadas ‘curaciones milagrosas’, mostrando que al cambiar realmente su manera de pensar también cambiaron su salud.
En los días previos a su llegada a Barcelona tenemos ocasión de hablar con él de varios temas apasionantes relacionados con la concepción cuántica de la realidad y con las repercusiones que puede tener y tiene esta nueva manera de mirar el mundo. Con afabilidad, seguridad y rapidez va dando respuesta a cuantas cuestiones osamos plantear.

PARADIGMAS
–Con la irrupción de la física cuántica, ¿estamos pasando del paradigma materialista a un nuevo paradigma que dice que todo lo que se manifiesta es la nada? O… ¿qué es lo que se manifiesta?

–El Universo está siempre manifestando y parece que hay una mente universal que mantiene las cosas en un orden determinado. También hay una mente de personalidad individual que tiene que ver con cada individuo, expresando sus maneras y deseos individuales. Para poder unificar nuestra mente con una mente mayor, más holística, sería un comienzo hacer que la ciencia concuerde con una nueva creencia; es decir, tendríamos que empezar a usar la ciencia como comprensión para seguir esa línea de pensamiento. Tendríamos que empezar a dejar a nuestras mentes expandirse sobre el tema. El nuevo paradigma dice básicamente que nuestros pensamientos tienen algo que ver con nuestro destino y la física cuántica es una buena manera de explicar eso.
Estoy de acuerdo y pienso que se está formando un nuevo paradigma, pero no creo que sea para todo el mundo. Creo que es para aquellas personas que pueden creer en una realidad, en un futuro que pueden experimentar con sus sentidos pero que ya han experimentado en su mente; cuando lo hacemos el suficiente número de veces es cuando se manifiesta.

–¿La física cuántica implica el punto de encuentro entre la espiritualidad y la ciencia?

–Sí; creo que el plano cuántico es el plano espiritual.
Creo que cuando tenemos suficiente gente que está seriamente adscribiéndose a la idea de usar el plano cuántico para dirigir su destino la ciencia va a tener que estudiar a esos individuos que están entrenados y son buenos en ello, y entonces tendrá que valorar y actualizarse para poder explicar que la mente subjetiva está afectando al mundo objetivo, y eso es el principio de un verdadero cambio. El cambio se logrará cuando tengamos suficientes personas que puedan usar el plano cuántico consistentemente, que puedan intencionadamente enfocar su mente subjetiva en una dirección determinada y tener una cantidad considerable de control sobre su mundo objetivo, y puedan hacerlo repetidamente.

–Usted está especializado en bioquímica. ¿Qué luz nueva arroja el paradigma cuántico a la investigación bioquímica? ¿Los resultados que se obtienen son sustancialmente diferentes según si el enfoque es el de la física cuántica o la tradicional?

–La física cuántica sólo está empezando a dar sus primeros pasos dentro de la comunidad científica. Y hay tanta investigación llevándose a cabo en el mundo de la física cuántica y el de la bioquímica que la mayoría de los científicos que son físicos cuánticos no tocan la bioquímica y la mayoría de los bioquímicos no tocan la neurofisiología; todos más bien se quedan en su propio campo. En cualquier caso el modelo cuántico de comprensión de la naturaleza de la realidad y el paradigma cuántico que se está empezando a investigar abre muchas nuevas puertas de posibilidades. Pero realizar la transición para incluir la mente subjetiva en la ecuación no es un salto que todo el mundo está dispuesto a dar; sólo lo dan aquellos que están realmente interesados en seguir su individualidad, para empezar a unificar diferentes teorías y campos y conseguir una mayor comprensión.

CUESTIONES FASCINANTES

–Nuestros actos presentes pueden afectar el futuro, pero el paradigma cuántico sugiere que nuestros actos de hoy podrían afectar también a nuestro pasado. ¿Cómo?

–De acuerdo con la ley cuántica todas las realidades existen simultáneamente. Cuanto más nos acercamos al punto cero el tiempo tiende a volverse más enredado. Lo que estamos experimentando en esta realidad tri o cuatridimensional es una prolongación del momento, una progresión de tiempo muy lineal. Cuando pasamos a dimensiones más elevadas de tiempo y espacio, cuando nos acercamos al punto cero, el tiempo empieza a cambiar. En otras palabras, si subimos una dimensión estamos experimentando una realidad en esa dimensión a un tiempo más avanzado. Es decir, que ya ha ocurrido en ese nivel, pero todavía no en éste; aún no se ha transformado en materia. Y si seguimos subiendo a diferentes dimensiones, a la séptima, o incluso la undécima o duodécima, lo que vemos es que la energía que se crea en estas dimensiones más elevadas está unificada en ese punto, por lo que teóricamente, si uno pudiera alcanzar ese nivel mental, podría ver pasado, presente y futuro y cambiar el fluir del tiempo y la energía.

–Se dice que la célula es la unidad más pequeña de conciencia. ¿Lo comparte? ¿Podrían ser, las unidades más pequeñas de conciencia, los quarks?

–Yo pienso que todo son piezas de expresión consciente, y cuando continuamos reduciendo la materia una célula sería una muy buena pieza unificada de materia biológica que se ha adaptado para ser capaz de funcionar y sobrevivir en esta dimensión. Un quark es una pieza organizada de energía que vive en una dimensión más elevada de tiempo y espacio. El quark da relevancia a un aspecto del átomo que contribuye a que la célula funcione y tenga forma, ocupando espacio y tiempo. Si vamos más allá del quark, hay partículas subatómicas incluso más pequeñas que dan relevancia a otras, volviendo hasta el punto cero.

–Usted ha estudiado las curaciones milagrosas… ¿Qué conclusiones ha extraído?

–Después de estudiar remisiones espontáneas y milagrosas, hay cuatro cosas en comúnentre la mayoría de las personas que han tenido una remisión de su enfermedad.
“Lo primero es que todas ellas aceptaron y creyeron que había una inteligencia que vivía dentro de ellas, llámalo inteligencia espiritual o inteligencia universal. Todas estas personas aceptaron que había algún orden innato que les estaba dando vida; y razonaron que no había nada místico sobre la inteligencia, la cual mantenía su corazón latiendo, digiriendo la comida, creando nuevas células cada día. Básicamente les daba suficiente vida y podían interactuar y conectar con esta inteligencia y dirigirla para que les hiciera la curación. Razonaron que se habían distanciado de este nivel mental, esta mente superior, y que si podían empezar a desarrollar una relación con esta mente y acercarse más a ella ésta asumiría el mando y empezaría a reparar sus desequilibrios.
“Lo segundo es que todos ellos aceptaban que sus pensamientos, su manera de pensar a lo largo de un periodo de tiempo (veinte o treinta años), sus reacciones, sus actitudes, crearon su enfermedad; que vivieron a diario con emociones y pensamientos destructivos de inseguridad, sufrimiento y minusvalía, y que estas emociones y pensamientos estaban literalmente rompiendo los tejidos. Porque cada vez que tenemos un pensamiento creamos una sustancia química. Si tenemos pensamientos grandes y felices creamos sustancias químicas que nos hacen sentir fantásticos y felices; si tenemos pensamientos negativos, de infelicidad o autodestructivos, creamos sustancias químicas que nos hacen sentir infelices y destructivos. Así que los pensamientos adoptan una forma química, y ésta da la señal al cuerpo de permitir sentirnos exactamente de la manera en que estamos pensando. En el momento en que empezamos a sentirnos como estamos pensando
(porque el cerebro está en comunicación con el cuerpo) empezamos a pensar de la misma manera en que nos sentimos, lo que crea más sustancias químicas para sentirnos como pensamos y pensar según como nos sentimos, y creamos finalmente un estado de ser. Así que estas personas se dieron cuenta de que tenían que romper este círculo vicioso de pensar y sentir y dejar de producir el mismo estado de ser.
“Lo tercero es que se tenían que reinventar a sí mismas; decidieron hacerse algunas preguntas importantes: ¿cómo me sentiría siendo feliz? ¿A quién conozco en mi vida que sea una persona feliz? ¿Qué tengo que cambiar sobre mí mismo para vivir con alegría? ¿En qué punto de mi día me vuelvo inconsciente y negativo? ¿A quién admiro de la historia? Empezaron a hacerse preguntas importantes. Al hacerse estas preguntas forzaron a sus cerebros a empezar a pensar de nuevas maneras. Empezaron a interrumpir el programa de pensar y sentir y literalmente empezaron a construir nuevas conexiones neurológicas en sus cerebros, que actuaron como plataforma o escenario para convertirse en una nueva persona. Esa nueva persona mandaba nuevas señales (o sea las sustancias químicas de sus pensamientos) que empezaron a cambiar su cuerpo y su salud.
“Lo cuarto es que, cuando dedicaban tiempo a pensar y ensayar en quién querían convertirse, cuando se sentaban y se concentraban en ese individuo, tuvieron largos momentos en que perdieron la noción del tiempo y el espacio. En otras palabras, se concentraban tanto en lo que estaban pensando que cuando abrían los ojos y encendían la luz de la habitación esperaban que hubieran pasado diez o quince minutos cuando en realidad había sido una hora u hora y media, lo que significa que hicieron el pensamiento más real que todo lo demás. Cuando hacemos eso el cerebro empieza a rastrear estos cambios y a formular nuevas redes neuronales.
“Éstas son las cuatro cosas que esas personas tenían en común. Hablé extensamente de ellas en mi libro.

–El mundo ya está ahí fuera independientemente de mi experiencia, según el planteamiento del viejo paradigma; pero la física cuántica nos dice que no es así: “Sin el observador todo son ondas de posibilidades, con el observador son partículas de experiencia.” Sin embargo, según parece trillones de cosas existen independientemente de mí. ¿Me puede explicar de un modo que pueda asumir el planteamiento de que yo soy causa de lo que veo?

–Bueno, para hacerlo tenemos que empezar por mirar un poco la historia de la ciencia.
En el s. XVII Descartes, quien fue uno de los primeros científicos y filósofos que empezó a explicar esto, decidió desarrollar dos conceptos muy importantes: por una parte se dio cuenta de que la mente era la cosa más subjetiva en el Universo, mientras que la materia tiende a vivir en un mundo objetivo. Así que consideró que las cosas que son muy grandes (planetas y objetos) seguían leyes muy repetibles, las cuales podía predecir y medir. A esto lo llamó ‘la esfera de la ciencia’. También se dio cuenta de que la mente era demasiado subjetiva e impredecible, así que la dejó para la Iglesia. Este dualismo cartesiano creó una división intelectual muy importante en aquel momento, porque lo que dijo es que la materia y todos los objetos se pueden estudiar con el paradigma científico, mientras que la mente es algo nada científico. Cien años más tarde Isaac Newton empieza a probar esas mismas leyes; empieza a medir la aceleración, la fuerza y la materia. Gracias a Newton podemos lanzar un cohete a la Luna. Solidificó y probó la teoría de Descartes de que hay un mundo objetivo ahí fuera que podemos predecir y que hay leyes que gobiernan esos principios específicos. Después de él llegó Einstein, quien dijo que hay una correlación entre materia y energía. E=mc2 ²significa que por primera vez en la historia se empezó a correlacionar la materia y la energía, y ello dio lugar a estudios completamente nuevos en ciencia. Gracias a Einstein y a Max Planck se empezó a estudiar el pequeño mundo de las partículas subatómicas. Lo que intentaban descubrir es si las diminutas partículas como los electrones, o paquetes de energía que llamaron ‘pequeños electrones’, se comportaban como los objetos grandes (como una manzana cayendo de un árbol, según la comprensión newtoniana y cartesiana). Y lo que descubrieron es que el mundo diminuto de las partículas subatómicas no se comporta igual que el mundo de mayor tamaño.
“Cuando se aplica energía al átomo, el electrón la absorbe y entonces la suelta. En lugar de caer suavemente hacia el núcleo como un cuerpo grande caería hacia el centro de la Tierra, en sus experimentos el electrón apareció y desapareció; parecía como si cayera por unas escaleras, ganando energía y perdiéndola. Por primera vez se dieron cuenta de que el pequeño mundo de la física subatómica era diferente del mundo de tamaño mayor.
Cuando empezaron a mirar y medir dónde aparecería el electrón, éste siempre aparecía donde lo buscaban, lo que significó que por primera vez materia y energía se estaban empezando a unificar; es decir, que la mente de repente tenía un efecto sobre la naturaleza de la realidad. La persona que efectuaba la observación, independientemente de su estatus, educación, género, donde sea que buscara al electrón, lo encontraba. Significaba que la mente se reintroducía en la ecuación y el dualismo cartesiano de separación de mente y materia quedaba ahora unificado.
“Todo en la naturaleza está hecho de partículas subatómicas y la vida fluye de una forma muy específica. Hay una verdad en la física newtoniana, sin embargo: nosotros como observadores podemos hacer que nuestras mentes funcionen mejor. Está empezando a emerger suficiente evidencia científica de que podemos hacer que el cerebro y la mente funcionen mejor; y cuando esto ocurre entonces tenemos más poder de observación.
Ahora podemos empezar a utilizar nuestra mente subjetiva para obtener un efecto en nuestro mundo objetivo. El problema es que pasamos la mayor parte de nuestras vidas permitiendo que el entorno, las cosas de nuestro mundo, controlen los circuitos de nuestro cerebro para hacernos actuar o pensar igual que el entorno; y si creemos que nuestra mente tiene algo que ver con nuestro futuro, sólo crearemos más de lo mismo, porque sólo reconoceremos cosas familiares en nuestra vida y continuaremos creando las mismas experiencias. La pregunta es: ¿podemos hacer que nuestros pensamientos influyan sobre el entorno en lugar de que el entorno influya sobre nuestros pensamientos?
Eso requiere práctica, dedicación y una gran cantidad de conocimiento.

CEREBRO

–¿Qué diferencia existe en el cerebro de aquellos seres que logran integrar datos aparentemente extraordinarios?

–Hay una parte del cerebro llamada lóbulo frontal, que es el gran logro del ser humano. Lo que nos separa del resto de especies del planeta es el tamaño del lóbulo frontal. Éste es la parte del cerebro humano dedicada al pensamiento, el razonamiento, la que usamos para concentrarnos, para recordar y modificar nuestro comportamiento aprendiendo de las equivocaciones para poder hacerlo mejor. Es la parte del cerebro donde la intención y la atención trabajan juntas. La gente con habilidades extraordinarias tiene la capacidad de concentrarse y prestar atención. La gente que tiene dificultad en estar atenta usa otra parte del cerebro llamada ‘cerebro medio’, que es la parte del cerebro relacionada con las reacciones emocionales.
Así que hay esta correlación invertida: la gente con habilidades extraordinarias tiene más actividad en su lóbulo frontal porque controla y coordina las demás partes del cerebro. Pueden silenciar y aquietar los centros emocionales, de modo que tienen a sus pensamientos controlando sus emociones. Por lo contrario, la gente que tiene menos actividad en su lóbulo frontal tiende a tener más actividad en su cerebro animal (o límbico, o cerebro medio). Esta gente tiende a dejar que sus emociones e impulsos controlen quiénes son; en otras palabras, viven de acuerdo con sus sentimientos. Sus emociones controlan sus pensamientos en lugar de sus pensamientos controlar a sus emociones. Dicho esto, si una persona quiere aprender y evolucionar, entendiendo que los sentimientos y las emociones son el producto de la experiencia, la gente que vive según sentimientos y emociones no es que esté haciendo nada malo; simplemente no está añadiendo ninguna información nueva al sistema. Cuando vivimos de acuerdo con las mismas emociones y sentimientos a diario el cerebro no puede aprender nada nuevo, porque estamos usando sentimientos y emociones para determinar si aceptamos o no nuevas ideas y conceptos. Así que la gente que parece aventajada tiende a tener más actividad en su lóbulo frontal. También hablaré de ello en el seminario.

–Usted se ha centrado mucho en el análisis del cerebro, pero ¿el pensamiento no se halla más allá del cerebro, siendo éste sólo su vehículo en esta dimensión?

–Eso es totalmente correcto. El cerebro es el instrumento que usamos para procesar la consciencia y los pensamientos. Cuando tenemos un cerebro en funcionamiento, vivo y con actividad neurológica, se llama ‘mente’. La mente es lo que el cerebro hace. Pero hay suficiente investigación en ciencia neurológica que ha probado que podemos mejorar el funcionamiento del cerebro a través de la meditación y la concentración enfocada. Podemos crear un mejor nivel mental. Con escáneres de funcionamiento cerebral ahora podemos medir una mente que funciona mejor. Y, naturalmente, la pregunta es: ¿quién está cambiando el cerebro y la mente? El cerebro no puede cambiarse a sí mismo porque sólo es un órgano, y la mente no puede cambiar al cerebro porque es un producto de éste. Lo único que queda es nuestro aspecto inmaterial, que realmente es pensamiento y consciencia. La consciencia moviéndose a través del cerebro es lo que crea la mente y lo que nos permite hacer y manipular diferentes aspectos delcerebro para que funcione mejor.
–Y ¿qué hay de lo que va más allá del pensamiento? Intuiciones, premoniciones, sincronicidades…
¿Cómo alumbra la nueva ciencia estos fenómenos? ¿El estudio del cerebro lleva en estos casos a alguna conclusión?
–Sí; se está llevando a cabo investigación en pequeñas áreas de ciencia, donde la gente se está dando cuenta de lo unificados que todos estamos en cuanto a consciencia. Coges a un individuo, lo metes en una habitación y conectas su cerebro a un escáner de funcionamiento cerebral o a un electroencefalograma; coges a otra persona y también la conectas a un aparato similar. La primera persona está mirando una película de terror, donde hay violencia, de modo que se está instigando miedo en su cerebro; la segunda persona lo único que hace es mirar la pared de la habitación.
Mientras la primera persona está teniendo respuestas emocionales a causa de la película, el cerebro de la persona que está en la otra habitación mirando a la pared está captando y presentando la misma actividad.
Lo que significa que hay un fenómeno no local entre cada cerebro individual. El cerebro es un transmisor y receptor de información. Sintonizarse a diferentes frecuencias o niveles mentales, como una radio, es un arte que requiere bastante enfoque y concentración.
Hay escuelas y lugares en el mundo donde se está midiendo esto, y se está convirtiendo en una revolución científica.

–¿Alguna explicación para los famosos ‘dejà vu’?

–Realmente sólo es cuando has experimentado una abertura o una puerta en que tu mente y tu cerebro reconocen un incidente como si ya hubiera pasado, lo que significa que tienes un momento en que la información no viene de tu cerebro pensante, o tu mente analítica. En realidad recibimos pedazos de información provenientes de un orden superior (donde todosn los puntos están conectados), y eso atrae nuestra atención porque no es familiar, aunque al mismo tiempo resulta muy familiar.

CLAVES PARA CREAR

–Si en efecto somos creadores de la realidad, ¿por qué existen tantos deseos insatisfechos, tanta frustración? ¿No deberíamos estar generando a cada momento las fuentes de nuestra satisfacción?

–Para realmente crear la realidad con energía intencional se requiere entrenamiento, práctica, aprendizaje y suficiente conocimiento sobre la consciencia, el cerebro y la mente, recopilar información sobre física cuántica y entender cómo la energía se transforma en forma. Esta instrucción y práctica no es algo que se obtiene sin algún grado de esfuerzo, porque tenemos esta distracción crónica según la cual la mayoría de seres humanos viven; nos distraemos tanto por tantos elementos en nuestro mundo externo… Mantener el pensamiento enfocado durante un periodo extenso de tiempo en el cerebro, la mente y el lóbulo frontal es lo que empieza a permitir que la realidad tome forma, pero la mayoría de la gente no tiene la pasión o el interés o la facilidad de pensar más allá de su entorno.
La mayoría de nosotros pensamos igual que nuestro entorno; reaccionamos a éste. Sin embargo tenemos que separarnos de él, ir a la soledad y crear un nuevo ideal de nosotros mismos con una nueva realidad y mantener ese sueño vivo y repetirlo una y otra vez para que el cerebro empiece a rastrear y estructurar esa realidad antes de que realmente la experimentemos con los sentidos. Ese esfuerzo es algo que trasciende el vivir una vida normal; requiere práctica y cuesta al principio, pero cuando mejoramos se vuelve más fácil (como cuando aprendemos a jugar al golf, o a tenis, o a tocar el piano). Así que los deseos se quedan incumplidos porque la mayoría de la gente no entiende que no se puede querer y desear el plano cuántico. Porque éste es un reflejo de la mente, por lo que si quieres sólo estás creando más querer, si estás en la polaridad estás creando más polaridad, si estás en el deseo estás creando más razones para desear. Tenemos que entender que hay que entrar en el plano siendo lo que queremos en nuestra vida, y ser significa que tenemos que abandonar nuestras emociones y sentimientos y todas las cosas de nuestra vieja personalidad e identidad que nos mantienen encerrados dentro de la misma persona e identidad. Tenemos que empezar a ser un nuevo individuo. Y la práctica y la repetición nos empiezan a permitir pasar del pensar al ser.

–¿Qué hace usted para crearse su día y qué éxito está teniendo en este punto? ¿Qué le diría a una persona que, haciendo aparentemente lo mismo que usted, afirmase no conseguir resultados?

–Yo siempre me pregunto, lo primero por la mañana, cuál es el mayor ideal que puedo ser hoy. Qué es lo que me gustaría experimentar. Esa es la primera pregunta que me hago. En lugar de levantarme y recordar quién he sido, empiezo por levantarme y pensar quién quiero ser. Y ese proceso de escoger una nueva forma de ser, escoger eventos y experiencias que quiero que tengan lugar en mi vida, permite que ciertos elementos se empiecen a organizar dentro de la realidad. La mayoría de las cosas que quiero en mi vida en estos momentos no tienen nada que ver con aspectos materiales, sino con estados superiores de la mente y del ser, y trabajo diligentemente en ello. Hay días en que tengo experiencias increíbles y otros días en que no logro mi objetivo. Pero la idea es que tu vida es un proyecto de ciencias, por lo que si no ocurre el primer día tienes que mirar qué es lo que tienes que hacer al día siguiente o al final del día, dónde te caíste y cómo vas a hacerlo mejor a la mañana siguiente. Es un proceso que yo sé que funciona; he tenido suficientes experiencias para afirmarlo. Y funciona para todo el mundo. El problema es hacer que la gente lo haga. Así que la persona que está interesada en crear su día y su vida tiene que ser muy consistente, tiene que listar todas las cosas que quiere, mantenerlo vivo dedicándole atención, experimentarlo como si ya hubiera pasado y vivir en un estado de alegría y asombro para poder usar esa energía para continuar al día siguiente.

–¿Cree que la humanidad conseguirá dar un salto cualitativo en su evolución o, por lo contrario, existe la posibilidad de la autoextinción?

–Creo que en este momento concreto de la humanidad se está dando una gran división. Consumir tantos recursos naturales sin compensar al planeta es un asunto muy real que ciertamente está teniendo un efecto en las vidas de todos, y a no ser que nos despertemos y hagamos algo esto va a empeorar. A menudo pienso que aquellos individuos que empiezan a obtener una comprensión de un nuevo paradigma podrían y deberían ser los líderes del futuro que nos conduzcan hacia nuevos niveles y experiencias que finalmente nos permitan abrazar y cambiar el planeta para mejor. Y no
creo que sea todo limpio y dulce, que vayamos a avanzar todos juntos en ello; creo que va a haber una fuerte división. Cierta gente se va a agarrar a viejos dogmas y creencias, viejas convenciones y paradigmas religiosos, y habrá gente que verá el valor de adoptar una nueva comprensión. Esta segunda clase de personas será posiblemente la que tendrá una influencia más grande sobre la humanidad.

–¿Cómo se puede afinar la humanidad en una única intención? ¿Qué puedo hacer yo para sintonizarme en una única intención con cada vez más seres humanos?

–Hay que hacer un trabajo progresivo; cada individuo, si se quiere sintonizar con más individuos, tiene que ser la mayor expresión de él mismo que se pueda imaginar. Tenemos que vivir y ser el cambio que queremos para el mundo. No podemos ser sólo filósofos y predicar grandes conocimientos intelectuales sin realmente aplicarlos, personalizarlos y vivirlos, siendo capaces de demostrar que la grandeza es realmente la clave.
La manera de hacerlo e inspirar a otros es siendo el ejemplo, no sólo hablando de ello.

–“¿Cómo podemos continuar viendo el mundo como real si el ser que determina qué es lo real es intangible?” (Ésta pregunta aparece sin respuesta en el documental “Y tú qué sabes”…)

–La mayoría de místicos dicen que la vida es sólo una ilusión, y aun así sabemos que si nos caemos y nos hacemos daño sentimos dolor, y eso no parece una ilusión. O puedes bañarte en el Mediterráneo en enero y experimentar frío, y sabes que eso tampoco es una ilusión. Y puedes experimentar la pérdida de un ser querido y sentir dolor emocional, y eso tampoco es una ilusión. Los sentidos son lo que nos da la toma de tierra en nuestra conexión con esta realidad. Sin embargo, si nos embarcamos en niveles mentales más profundos y desarrollamos el pensamiento dimensional, cuando nos acercamos a niveles más sutiles de consciencia, ése es el momento en que el cerebro empieza a trabajar de una forma diferente y podemos sincronizarlo para que nuestros propios pensamientos y esfuerzos estén más cerca de la fuente de donde esta realidad toma forma. En esos momentos de completa concentración enfocada el cerebro bajará el volumen de todos los estímulos externos del entorno, el cuerpo y el tiempo y entonces es cuando empezará a remitir información al cerebro consciente. En otras palabras, el cerebro permite reflexión para ver que hay un orden superior.
Pero no podemos simplemente decir que la realidad es una ilusión y dejarlo allí; tenemos que ser capaces de entrenarnos y aplicar conocimiento y empezar a experimentarlo para conocerlo. Una ilusión, hasta que tenemos la experiencia de que es una ilusión, es muy real. Sin embargo, podemos enfocar nuestra vida como un proyecto de ciencias y decir: “éstas son las cosas que quiero manifestar, lo que quiero cambiar de mí mismo”; y si cambio estas cosas en mi interior, ¿cambiará el mundo fuera de mí? Según la física cuántica debería cambiar. Por lo que si una persona abandona el sufrimiento y la falta de autoestima, la inseguridad o el odio, y lo elimina completamente de su arquitectura neurológica, desde ese día en adelante algo tendría que ser diferente en su mundo externo, para el resto de su vida. Porque nuestro mundo externo y todo lo que ocurre en él es un reflejo de lo que hay en nuestra mente. Eso nos permite ver que hay algo más que un principio ilusorio; hay un orden en nuestra mente y nuestra realidad. Pero no podremos verlo hasta que nos levantemos del sofá y empecemos a participar de ello y darnos cuenta de que somos participantes activos en la naturaleza de la realidad.

Entrevista por Francesc Prims y Sílvia Velando.
Dr. Joe Dispenza en Barcelona

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